Opinión

Análisis de David Rabinovich: «La política hoy»

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Una sociedad gobernada o controlada por la minoría formada por sus miembros más ricos es una “plutocracia”. La palabreja viene del griego, pluto “riqueza” y kratos “poder”. La plutocracia se presenta como la antítesis de la democracia, el sufragio universal y el parlamentarismo ¿Cuestión de grados? Claro.

No está fundamentada en ninguna teoría de filosofía política ¿Quién querría hacerse cargo de su defensa o justificación? Por eso supongo que no tiene partidarios declarados como la democracia, el capitalismo, el socialismo o el anarquismo. Dicen que los políticos “son todos iguales” (1). Según Dolina, todos los libros de una biblioteca -para el que no los leyó-, son iguales. Pero sería difícil sostener que Merkel y Trump lo son.

¿Se puede ser “conservador” y de izquierda? ¿Siempre el “reaccionario” es de derechas? Reaccionario son las ideologías o personas que buscan volver a un estado de cosas anterior al presente. Libertad, fraternidad e igualdad ¿Es hoy una consigna burguesa o proletaria? Depende. Sí, depende de la historia, del contexto.

El conservadurismo es un “conjunto de doctrinas, corrientes, opiniones y posiciones, generalmente de centroderecha y derecha, que favorecen las tradiciones y que son adversas a los cambios políticos, sociales o económicos radicales, oponiéndose al progresismo” (Wikipedia).

Martín Blinkhorn preguntaba: “¿Quiénes son los conservadores en la Rusia de estos días? ¿Son los estalinistas irredentos o los reformadores que han aceptado las visiones políticas de derecha de los conservadores modernos como Margaret Thatcher?”.

Entonces ¿Los políticos en qué se distinguen? Algunos vienen del mundo empresarial y otros de sindicatos y organizaciones sociales que, por ejemplo, dicen defender los derechos humanos o el ambiente ¿Es que siempre y todos votan y/o deciden por conveniencia y nunca por convicciones? ¿Es lo mismo Piñera que Evo Morales? ¿Se pueden intercambiar o comparar a Andrade con Manini o Lacalle? ¿Podemos juzgar a “los políticos” sin distinguir a Margarita Percovich de Graciela Bianchi? Si no conocemos la trayectoria de un militante político como Guillermo Chifflet ¿Podemos hacer “tabula rasa” en la política? (1).

 

CUESTIÓN DE HECHOS |En fin, que los políticos no son todos iguales ni las políticas son todas las mismas. Como dice la inscripción en la puerta del manicomio: “No están todos los que son ni son todos los que están”. La realidad del poder impone límites a la voluntad de las personas. La razón del artillero también. Hay quienes desde convicciones de derecha son renovadores, reformistas y por qué no “progresistas”. Aunque sólo piensen en su progreso personal promueven cambios. Quieren y creen en la libertad para “emprender”. No sienten deber nada a sus semejantes menos afortunados, capaces, tenaces, lúcidos… competitivos y emprendedores. Asumen la lógica del capitalismo sin sentirse violentados en su naturaleza humana.

Hay quienes desde la vereda opuesta son conservadores y a veces hasta reaccionarios. Oponerse a los cambios que impulsan las derechas en beneficio de mínimas y selectas elites es natural para las izquierdas, sobre todo para las anticapitalistas (que no son toda la izquierda). La lógica de la cooperación y la solidaridad debe recertificarse una y otra vez como la mejor opción, no sólo desde un punto de vista ético y moral, sino también funcional a la felicidad colectiva, a la prosperidad común, a la mejor organización de la sociedad.

En función de la posición personal que cada uno/a adopte los y las políticos/as resultan ser diferentes. Sustancialmente distintos. Se puede vivir la política en la bulla, el discurso vacío y el autobombo o desde la vocación de servicio, el honesto esfuerzo, la humildad en serio, la austeridad auténtica… Créeme estimado lector cuando te digo: Cuando uno los lee son como los libros, unos más útiles e interesantes que otros, todos diferentes. Por algo los viejos y gastados guantes de Bernie Sanders se convirtieron en “la imagen” de la toma de posesión de Joe Biden.

Para Michael Sandel, profesor en la Universidad de Harvard, “el primer problema de la meritocracia es que las oportunidades en realidad no son iguales para todos” (2). Quizá si todo el mundo tuviera las mismas oportunidades, los ganadores merecerían el premio.

ÉXITO Y MÉRITO | Para el profesor Sandel hay dos problemas. Las oportunidades no son realmente las mismas. Nunca. Los padres adinerados legan privilegios a sus hijos, dándoles grandes ventajas educativas y culturales. Por eso, en las universidades “importantes” hay más estudiantes que pertenecen al 1% de las familias con más ingresos que del 60% con menos ingresos.

El segundo problema es que quienes tienen éxito crean que éste se debe a sus propios méritos y que, por tanto, merecen todas las recompensas que se les otorga a los ganadores. Los ganadores quieren creer que los que se han quedado atrás son responsables de estar así. No sólo se la creen sino que sienten desprecio hacia los que se han quedado atrás.

Al mismo tiempo, frente a las desigualdades, en lugar de políticas económicas para reducirlas aparece lo que Sandel llama “la retórica del ascenso”. Ascender, no importa lo improbable que sea, algunos lo logran. En resumen, si creamos igualdad de oportunidades, no tenemos por qué preocuparnos de la desigualdad porque la movilidad permite a las personas ascender.

En sus cursos y charlas Michel Sandel muestra que “los partidos de centro-izquierda han ofrecido la retórica del ascenso en lugar de responder directamente a la desigualdad”. Ciertamente se facilitó el acceso a la universidad en Uruguay y se mercantilizó al extremo esa vía de ascenso social en Chile. Es un mensaje ambiguo. Queremos creer que si trabajamos duro podemos “llegar”, pero también implica que si estás pasándolo mal la culpa del fracaso es sólo tuya. Sostiene el intelectual que algunos partidos progresistas “se han ido convirtiendo cada vez más en partidos de clases profesionales, de élites con formación universitaria, y han ido perdiendo apoyo entre los trabajadores sin educación universitaria”.

Siempre siguiendo el pensamiento de Sandel a partir de la nota publicada por la BBC: “En las últimas décadas, se ha ido profundizando la división entre ganadores y perdedores, envenenando nuestra política y separándonos. Esa división tiene que ver en parte con las crecientes desigualdades de las últimas décadas”.

 

Por David Rabinovich

1 “Por sus frutos los conoceréis. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos, o higos de los abrojos?” Mateo 7:16

2 https://www.bbc.com/mundo/noticias-55825871

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