El clásico Ford Cortina 1966 conducido por Emilio Riguetti con su hijo Federico como copiloto, culminó una nueva edición del Gran Premio Uruguay 19 Capitales Histórico que anualmente organiza el Automóvil Club del Uruguay, logrando el tercer puesto en la categoría D para vehículos entre 1300 y 1500 cc..
En esta categoría resulta fundamental un instrumento que permanentemente debe estar leyendo el copiloto, el odómetro, y por primera vez el reglamento de la prueba admitió el uso de instrumentos digitales que permiten una mayor precisión en la lectura de la velocidad real y debido al alto costo del aparato en plaza Federico implementó uno en forma “artesanal” que se puso a prueba en la primera etapa de la competencia.
“PONO”| El copiloto de la dupla explicó que a ese instrumento lo bautizó con el nombre “Pono” en homenaje a su abuelo materno, Silvino “Pono” Umpiérrrez. El aparato les permitió mejorar la regularidad y escalar en las posiciones a lo largo de todo el recorrido.
Respecto a ese nuevo tipo de instrumento, Riguetti agregó que “nosotros usábamos el odómetro mecánico del auto y ahora el digital nos permite a través de un sensor mediar la distancia en metros recorrida por el auto. La ventaja es que cada 100 metros envía un pulso automáticamente y antes lo tenía que ir marcando yo de forma manual”.
Para reducir costos, Riguetti decidió implementar él mismo los cambios necesarios y “fue un gran dolor de cabeza por mis escasos conocimientos informáticos y la primera prueba exitosa fue el jueves anterior a la carrera y como el primer día fue tan raro por las condiciones de los caminos, a veces la rueda patina sobre el barro y el instrumento entiende que se avanzó y no es tan así, entonces dudamos si en el segundo día seguiríamos con ese sistema o volvíamos al anterior, pero en la segunda etapa el odómetro se lució y nos permitió mejorar el rendimiento. Con los datos de ese día ajusté el sistema y a partir del tercer día empezamos a escalar las posiciones”.
Federico Riguetti recordó que ésta fue “la octava participación del auto y el piloto en el 19 Capitales; para mí fue la séptima, porque un año corrió mi hermano Maxi”.
EN CARRERA| Riguetti explicó que la etapa más dura de la competencia “fue sin dudas la primera, porque la hicimos bajo lluvia y era justamente la etapa que tenía más tramos de caminos de tierra o balasto en Colonia, San José, Florida, Flores y aunque en general los caminos no estaban muy dañados sí estaban muy ‘jabonosos’ y resultaba muy difícil controlar el auto. Fue una etapa con muchos abandonos y accidentes, algunos muy serios, aunque por suerte sin consecuencias físicas para las tripulaciones”.
El copiloto agregó que aunque “en esos tramos la velocidad es aparentemente lenta, de unos 50 o 60 Km/h, como hay muchas curvas que retrasan la circulación y para recuperar hay que levantar a 80 o 90 y cuando el camino está en esas condiciones el vehículo va coleteando permanentemente”.
A partir de la tercera etapa el auto comenzó a “entreverarse en las posiciones de arriba” y “la mecánica anduvo muy bien, sólo tuvimos que ajustar las válvulas que por las exigencias del tránsito en barro o por zonas de pendientes cercanas a Aiguá y mejoramos mucho el rendimiento”.
Finalmente Riguetti agradeció “a los sponsors que siempre nos apoyan y a la familia que nos sigue bancando la cabeza”. Este año el copiloto iniciará su carrera de paternidad y será sin dudas una muy diferente, con otros desafíos y gratificaciones.
En la última etapa el 19 Capitales recorrió 526 kilómetros partiendo el sábado de Punta del Este, por Ruta 9 llegó a Rocha, por la 15 pasó por Velázquez, giro a la izquierda hasta Aiguá y por Ruta 39 retornó a la 9, desvió hacia Minas y por Ruta 8 llegó a Montevideo con el punto final frente al viejo Parador Kibón. El Ford Cortina fue cuarto en la etapa, pero en la sumatoria de toda la competencia se ubicó en el tercer puesto de la categoría D y en el puesto 12 de la Clasificación General.
Por Jorge Gambetta.