Lo que en principio podría suponer una idea alocada e irrealizable surgida en la Editorial Planeta para conmemorar sus 25 años de presencia en Uruguay, es hoy una novela de 360 páginas y múltiples autores, escrita en partes por cada uno de ellos a través de distintos grupos de WhatsApp y que fue presentada al público el pasado jueves en el espacio Teluria de la calle Cuareim, en Montevideo.
IDEA | “Un catálogo de la ausencia” es el resultado final de una brillante -aunque arriesgada-, idea editorial que se plasmó en papel en tan solo tres meses de proceso creativo. Artigas Lacabanne, de 77 años, médico veterinario jubilado, padre y abuelo, vecino de Libertad de toda su vida, explicó a La Semana que “salió un aviso en el diario en el mes de junio, era una convocatoria de editorial Planeta para que todos aquellos que quisieran participar de la escritura de un libro a través de WhatsApp se manifestaran interesados”.
Al llamado se postularon más de mil interesados, Lacabanne agregó que “yo me presenté y me olvidé, luego de un tiempo sonó el teléfono en casa diciendo que había sido elegido entre los 25, me sorprendió mucho, luego tuvimos una primera reunión, nos conocimos con el resto de los compañeros, nos dijimos qué hacíamos, lo que habíamos hecho, nuestras experiencias y se empezó a funcionar, fue una experiencia totalmente inédita”.
La idea del proyecto apunta a un renunciamiento de los egos autorales y en ese sentido Lacabanne explicó que “ninguno va a identificar qué parte del relato escribió, dejábamos que el coordinador editara lo que mandábamos, lo compaginara y nadie se sintió lastimado si se sacó algo que hubiera escrito en beneficio de otro texto mejor o diferente. Fue un grupo muy lindo, todos tenemos la certeza que lo que aportamos está plasmado en el libro, aunque no quizás como la escribimos pero sí en sintonía con el texto global, el coordinador le dio la coherencia a esa diversidad”.
Para Lacabanne el trabajo del coordinador fue fundamental. “Yo ejemplifico con el director de una orquesta sinfónica, si alguien desafina el director corrige y trata de ajustarlo al resto y se formó un grupo de amigos muy interesante, todos teníamos algo en común que es el interés por la escritura”, comentó.
EL GRUPO | Los integrantes del grupo, de diversas edades y ocupaciones, hombres y mujeres totalmente desconocidos entre sí, sólo tenían en común su pasión por la escritura, algunos tenían experiencia como escritores, otros en áreas de la comunicación o la academia, incluso una de las autoras es una escritora mexicana con varios títulos publicados en su país natal.
Sobre lo heterogéneo del grupo de escritores, Lacabanne dijo que “hay gente que no conoce Tambores, incluso yo, en cuanto a las edades soy el más veterano, hay gente de 20, 25 o 30 años, o de 70 años y yo, de 77”.
Lacabanne dijo que “nos sentíamos totalmente desconocidos y a partir de la formación de grupos que se dividieron distintas partes de la obra nos fuimos conociendo y resultó ser una aventura de lo más interesante”. Aagregó que la empresa convocante tenía ya “la fecha para que saliera el libro celebrando los 25 años de Planeta en Uruguay, y el libro se terminó en tres meses. En setiembre estaba terminado, es increíble el corto tiempo, me parece que fue una gran pegada y que va a ser un libro que le gustará a los lectores”.
TRAMA | Sobre la historia de la novela, Lacabanne explicó que “una de las personas que participó es oriunda de la localidad de Tambores, entre Paysandú y Tacuarembó y entonces fueron saliendo ideas, en forma abrupta, totalmente espontáneas, una lluvia de ideas y se decidió que Tambores fuese la localidad centro de la historia” y así fue comenzando lo que en principio parecía un tanto caótico, “había días de 800 mensajes en el grupo con ideas, hasta que el coordinador del trabajo, Nicolás Alberte, que fue el ‘director de orquesta’ por decirlo así, hizo una compaginación de todo y fue agrupando, de acuerdo a nuestras inquietudes y nuestra formación”.
De esa manera “se armaron grupos de personas para que se dedicaran al armado de las distintas partes del relato, con la habilidad de que ninguno sabía lo que estaba escribiendo el otro grupo, Alberte tuvo la habilidad de ir compaginando todo y dándole coherencia” explicó Lacabanne.
Respecto a la trama de la novela, Artigas Lacabanne dijo que “se trata sobre una señora oriunda de Tambores que debió emigrar a Europa exiliada y después de muchos años debe regresar, entonces un grupo escribió sobre la vida de ella en Europa, otro se dedicó a lo que significaba el viaje de regreso, el aeropuerto, el pasaporte, la llegada hasta la casa de su hermano, otro grupo se dedicaba a la vivencia familiar, el reencuentro con el hermano y sus sobrinas, una trama familiar y así fueron armándose los grupos”.
La Editorial Planeta presenta en su página web una apretada sinopsis de este trabajo colectivo: “La protagonista del libro es Ema, que recibe una noticia que la obliga a volver a su país luego de muchos años. Ahí deberá enfrentar emociones que pensaba haber dejado atrás, para comprender que lo que parecía el final del viaje, es apenas un comienzo. En esta aventura, los descubrimientos se leen en clave de contrapunto: patria y exilio; hogar y desamparo; familia y orfandad. Un recorrido que, en definitiva, la sumerge en ese momento de la vida en que la ausencia se vuelve más recurrente que la presencia, obligándonos a valorarlas de otro modo. Un nuevo tipo de ausencia para mi catálogo. Me imagino escribiéndolo, como una antropóloga de las emociones, o mejor, como una poeta”, contó Lacabanne.
En esa búsqueda la novela se erige como una investigación a dos voces: dos mujeres intentando convertir lo que falta, lo que se ha ido para siempre, en lo perpetuo, aquello que nos acompañará hasta que llegue, para nosotros también, la hora de partir.”
Artigas Lacabanne había ganado en 2001 un concurso de cuentos y su trabajo se publicó junto a obras de autores locales. “Todos bajo la firma de cada uno, en este caso firmamos todos el resultado final, hay algunos integrantes del grupo que ya tienen varios libros publicados, hay gente que trabaja en medios audiovisuales o en televisión en Montevideo, locutores de radio, hay una chica que vive en México que se presentó y también fue seleccionada, un grupo muy valioso” explicó.
Para Lacabanne la inédita experiencia de este libro le abre otras interrogantes sobre aspectos diversos y cotidianos, dijo que “me quedé pensando, con esta experiencia, que cuando gente que no se conoce, ni sabe lo que piensa el resto y se unen para hacer algo, sale todo para adelante, si en este país nos juntáramos en ese sentido podría ser fantástico”.
Lacabanne participó el jueves de la ceremonia de lanzamiento del libro y el momento fue propicio para compartir entre la editorial y los autores un buen momento, “nos reunimos porque era la fecha de los 25 años de Planeta en Uruguay y tuvimos un encuentro muy lindo y recibimos cada uno un ejemplar del libro que ya está en librerías, espero que aún por la curiosidad que pueda despertar tenga una pegada interesante”.
Lacabanne explicó que “la idea surgió dentro de la editorial, fue un poco quimérica en un primer momento, pero al final quedamos todos muy contentos con el resultado. El responsable de Planeta en Uruguay nos dijo que había salido todo tan bien que para la editorial ha sido un éxito, ya están pidiendo del exterior que le manden el libro para publicarlo en otros lugares, me parece que es un método inédito a nivel mundial”.
La nómina de todos los autores coordinados por Nicolás Alberte es la siguiente: Mariana Haim, Judith Armele, Cecilia Rizzolo, Leonardo Vidal Ferreiro, Gonzalo Salinas, Laura Dutra, Roberto Bennet, Paula Machín, Isabel Toledo, Mariella Maisonnave, Artigas Lacabanne, Sabela de Tezanos, Adrián Sosa, Jorge Humia Medela, Fabiana Espíndola, Rosanna Freda, Patricia Messiano, José Arenas, Sebastián Rodríguez, Luciana Rodríguez, Adriana Busiello Cáceres, Tatiana Hernández, Cynthia Giselle Miller Fagúndez y Jessica Pintos.
Esperamos muy pronto poder acceder a este trabajo colectivo. “Un catálogo de la ausencia”, de 360 páginas, se vende en librerías a 520 pesos.
Por Jorge Gambetta.