El próximo viernes 23 de agosto a las 19 horas y el sábado 24 desde las 9 y 30 en la sede de la Asociación Cristiana de Jóvenes de San José de Mayo, en calle Artigas 685, se estará realizando un taller gratuito llamado “Títeres en territorio”, patrocinado por la Dirección Nacional de Cultura del Ministerio de Educación y Cultura (MEC), la Intendencia de San José y la ACJ.
La actividad está destinada a jóvenes y adultos y se busca ofrecer herramientas para el manejo y la creación de historias con el títere como protagonista. El responsable del taller es Daniel Ovidio Fernández, artista fundador de la Ovidio Titer Band, compañía con muchos años de trayectoria en esta disciplina, que presenta espectáculos para todo público.
Daniel Oviedo se formó hace más de 20 años con la Compañía Cachiporra, fundada en 1973 por Javier Peraza y su esposa Ausonia Conde, que aún hoy es una referencia ineludible en materia de títeres en Uruguay y la región.
ACERCAMIENTO | En la charla con este medio, Daniel Oviedo Fernández dijo que su acercamiento a los títeres fue absolutamente casual. “Hace más de 20 años yo estudiaba teatro, soy del Cerro de Montevideo y un día llegué al Teatro Florencio Sánchez y estaba la gente de Cachiporra dando un taller de títeres gratuito y sentí como que se abriera un enorme portal”, contó.
Desde aquel amor a primera vista el artista se ha dedicado a estudiar y desarrollar diferentes técnicas del títere. Explicó que “fue un flechazo, pero tengo la sensación que a veces nuestras vocaciones surgen cuando llegamos trastabillando a algún lugar. En muchos casos te convertiste en algo porque un día estuviste ahí, en el lugar adecuado y en el momento preciso”.
Aquel taller brindado por dos referentes en la disciplina no se prolongó demasiado por falta de interesados, pero Cachiporra “estaba ensayando una obra y yo estaba tan enganchado que les pedí si podía ir a ver los ensayos y empecé a ir todos los días con mate y termo a ver los ensayos”.
Aquella constancia un día tuvo su recompensa: “la obra se empezó a complejizar y un día entendieron que necesitaban de una persona más y el que estaba allí era yo. No hubo ni un casting de calidad, era para el que estuviera ahí, estuve en el momento y en el lugar correcto”, contó.
En determinado momento “vi que Javier y Ausonia detuvieron el ensayo y conversaban entre ellos y vino él y me dijo que estaban precisando a alguien y me preguntó si yo no me animaba, enseguida les dije que sí, dejé el mate a un costado y me terminé incorporando a su compañía. Al comienzo fue muy divertido, después fue más arduo, luego vinieron viajes por Argentina y por Brasil a diferentes festivales”, narró Daniel, que años después crearía su propia compañía de títeres: la Ovidio Titer Band.
EL TALLER | El artista explicó que “la clave del taller es un poco para estimular o redescubrir al títere, que es una disciplina milenaria y que siempre está presente solo que a veces no lo notamos” y agregó que “pretendemos utilizar herramientas para facilitar el acercamiento a los títeres, con respeto pero también con cierto atrevimiento que provoque y estimule a la gente para que pueda comunicarse con el títere, que puedan hacerlos o en el caso de los docentes facilitar que otros los hagan”.
El tallerista dijo que con el títere siempre “podemos atrevernos a nuevas formas y a contar historias de manera diferente y eso no es una falta de respeto sino el tomar con cariño algo que nos pertenece”.
El títere “como disciplina artística es la que ha tenido más cambios en su historia, sobre todo a partir del siglo XX con la irrupción de nuevas tendencias pictóricas, con el cubismo, el surrealismo y todo lo demás que ha modificado e influido en la modificación del teatro de modo que a partir de los títeres tradicionales, que repetían las historias y las formas de hacerlo, pasamos a nuevas técnicas donde también ha incidido, creo que positivamente la tecnología, para encontrar otras capas o espacios para contar la misma historia”.
Y esa historia es simple: “yo estoy vivo, yo existo y luego cuentan la historia que los humanos podemos contar pero lo primero que cuentan es que la magia se da, eso que no existía o que estaba inerte cobra vida por un ratito”.
El artista agregó que “hay una parte que depende del titiritero pero la parte más importante está en el público, es el público el que realmente permite que el títere cobre vida. El Director utiliza mecanismos para enganchar la imaginación del espectador y sobre todo despertar las ganas que existen en el espectador de que la magia exista”.
Hoy todos sabemos que detrás del títere hay una persona que le mueve. “En la Edad Media había unos títeres que eran como mágicos y nadie sabía cómo se movían, pero en la actualidad ya un niño de cinco años sabe que quien los mueve es una persona, muchas técnicas modernas son con los directores a la vista, ya no hace falta escondernos”, contó.
Pero es el titiritero quien decide la historia que va a contar “pero que ese títere o la historia realmente exista depende mucho del espectador, que tenga la esperanza de que lo que sucede es magia y eso nos pasa constantemente” expresó Daniel Ovidio y explicó que “a veces pensamos que si usamos tal pulsera o camiseta, como que algunos objetos generan cierta cosa mágica y lo seguimos manteniendo como en la época de las cavernas y eso no es una señal de atraso sino un símbolo de fe que está buenísimo mantenerlo”.
Para el titiritero el objetivo es estimular la fantasía y la imaginación del espectador, como el botija en el campito que sueña “que está en un estadio lleno de gente, él sabe que no es verdad, pero en ese ratito hasta puede escuchar el grito de la tribuna”.
HERRAMIENTA | El objetivo del taller no tiende a fabricar muñecos. “Lo que venimos desarrollando no es sobre la construcción del títere, yo generalmente pongo el ejemplo de que una cosa es el guitarrista y otra cosa es el lutier. El guitarrista es el que toca el instrumento y se comunica con el público, el lutier es el que fabrica la guitarra y el 99% de los guitarristas no se fabrican su guitarra sino que la compran”, comentó.
Si bien destacó que “el titiritero o la titiritera está buenísimo que puedan hacer sus muñecos” dijo que ello “no es imprescindible, lo que sí se debe lograr es comunicar con los objetos una pequeña historia, corta o larga, simple o compleja y contársela a alguien y lo importante es que en el único lugar donde sucede esa historia es en la cabeza de quien lo ve, ahí es donde los títeres son realmente títeres, el resto del tiempo son objetos, algunos más lindos, otros más feos, más elaborados o menos elaborados, pero hasta que no son vistos no existen”.
A modo de ejemplo el artista dijo que “es un poco lo que ocurre en la película Toy Story, en la 2 sobre todo, cuando el niño los ve con sus ojos los muñecos viven, cuando los adultos los ven con otros ojos los muñecos no viven, ahí es cuando todo depende de los ojos con los que miramos, si queremos que suceda, sucede”.
Según su responsable el objetivo del taller “es poder jugar y contar historias, aprender a pensar que esta herramienta nos puede servir para muchas cosas, puede ser para trabajar en la educación o para hacer una obra de teatro, como algo profesional o como para jugar un rato como educadores o jóvenes con niños; para lo que nos propongamos, es una herramienta que nos ofrece múltiples facetas”.
DIFUSIÓN | El titiritero explicó que también le interesa difundir la disciplina, que “la gente entienda que los títeres no solamente son para niños. Hay muy buenos espectáculos para adultos en todo el mundo, las historias pueden ser alegres o muy tristes, que podemos tocar todos los temas, no solamente leyendas, que los títeres tienen una enorme variedad de técnicas”.
Como cuenta Serrat los titiriteros “vienen de muy lejos” atravesando los siglos, adaptándose a los tiempos, sobreviviendo, Daniel Ovidio Fernández dijo finalmente que “es muy difícil sobrevivir de esto, generar espectáculos con poco dinero, con un público acotado. A través del MEC he logrado la financiación para determinados proyectos como este taller que lo estamos llevando por todo el país y es un proceso muy rico, también trabajo en algunas actividades de la Intendencia de Montevideo siempre buscando la formación de titiriteros más jóvenes”.
Títeres en Territorio es un proyecto que cuenta con fondos “del MEC en conjunto con la ACJ. Desde el comienzo hubo mucho interés en el departamento de San José, también estuvimos en Ecilda Paullier y en Ciudad del Plata con muy buena participación”.
Los interesados en participar del taller del próximo 23 y 24 de agosto pueden consultar a través del teléfono 099 312 800.
Por Jorge Gambetta.