La primavera comenzó a todo ritmo con la realización del desfile de comparsas organizado por la nueva comparsa libertense llamada “La Domingó”, que desfilaron junto a sus colegas de Playa Pascual –Ciudad del Plata-, de “El Reencuentro”.
En la noche del pasado sábado retumbaron los ecos de los tambores del candombe, mientras que los libertenses salían de sus casas y se agolpaban sobre la calle 25 de Agosto para ver el desfile organizado por “La Domingó” para reunir fondos pensando en su participación en el próximo carnaval 2018.
A las 19 ya estaba encendida la fogata para calentar las lonjas, el repique de los tambores resonaba por toda Libertad.
De sus casas y negocios, las personas iban saliendo como si fueran llamadas por alguna fuerza incontrolable, pero muy conocida arraigada en su sangre. Los niños, mujeres y hombres, todos, sin importar la edad, se agolpaban a lo largo de la calle 25 de Agosto esperando con ansias ver pasar las comparsas que desfilaban esa noche, mientras otro grueso de personas los esperaban en la plaza de los 33.
No se supo si era el deseo, la emoción o si realmente se retrasaron un poco, lo cierto es que sobre las 20 horas fue que recién se vieron ondear las banderas, poco a poco, se visualizaron las bailarinas con su danza sensual que invitaba con sus movimientos a otros a bailar.
Al unísono, el público, iba acompañando al ritmo del golpeteo de los cueros, con las palmas y aplausos. La entrada de la Mama Vieja y el Gramillero, fueron motivo suficiente para que la gente, que ya no era meramente observadora, enloqueciera y avivaran aún más la noche.
Así, recorrieron todo el trayecto hasta llegar a la plaza central de la ciudad. Allí, ya estaban apostados artesanos, artistas y público en general. Las comparsas al llegar, parecía que sus músicos y bailarinas, estaban poseídos por los ancestros africanos tocando con más fuerza e ímpetu, en una noche redonda para todos.
Con esta actividad, también se beneficiaron los integrantes del grupo de Artesanos Unidos y la cooperativa de viviendas Sueños Libertad.
Por Livia Cedeño