Días pasados y en el marco de la 14ª Feria Internacional de Promoción de la Lectura y el Libro de San José, el docente y escritor maragato Pedro Peña, junto a Daniel Barreiro, presentó El Libro de los Mitos – Cuervos y Lobos, tercera entrega de la saga que comenzara en 2016 y obtuviese en 2018 el Premio Nacional de Literatura en la categoría de literatura Infantil y Juvenil.
Cuando le entrevistamos en diciembre pasado a propósito de la distinción otorgada por el MEC, el escritor había adelantado que ya trabajaba en la tercera parte. Al respecto, Pedro Peña dijo que “tenía un 15% aproximadamente ya escrito de este tercer libro a fines del año pasado, y justo en ese momento recibí la noticia de que el primer libro de la historia, el que publiqué en 2016 había obtenido el Premio Nacional del MEC, eso sirvió como una inyección de motivación para darle forma al tercer libro y en un frenético enero pude darle la forma final”.
PROCESO | Respecto a ese proceso creativo Peña dijo que “fue muy lindo porque después de la escritura, que duró un mes y pico, muy intenso en cuanto a la dedicación, en vacaciones, que es cuando los docentes a veces aprovechamos a dedicarnos a estas otras actividades, tras el proceso de escritura pasamos a la Editorial, y ahí tuve la suerte que el libro diera con una editora que creyó en él enseguida. Es Clara Amengual, que es de San José y quedó enseguida trabajando sobre el libro y comenzó un proceso muy rico también”.
Del intercambio con su editora el escritor dijo que “a través del contacto con Clara se fueron solucionando algunos aspectos del libro, yo lo tomo como un enriquecimiento, sé que a muchos autores no les gusta mucho esa negociación con el editor, a mí me gusta mucho porque la visión de Clara en algunos aspectos también contribuye a darle al texto una mayor cohesión, verlo desde la perspectiva del lector qué cosas podrían quedar en duda, qué elementos hay que solucionar para que el mensaje sea más directo o más claro, eso siempre ayuda porque es una labor técnica que lo que logra es mejorar el texto”.
Pedro Peña dijo que “en mi caso tuve que agregar una secuencia al inicio del libro que habla un poco de los dos libros anteriores para que si alguien se encuentra con este libro pudiera leerlo sin que le fuera extraño el universo que narra, y con ese agregado el libro ganó mucho porque al mismo tiempo es una puerta hacia los otros dos pero también significa que quien vaya a leer este puede perfectamente hacerlo sin problema, entonces esa sola sugerencia me resultó ya de por sí muy estimulante y creo que le dio más posibilidades al libro”.
En el mismo sentido Peña agregó que “ese proceso, que también pasa por la selección de imágenes, hace a una suerte de trabajo en equipo, donde también participa el departamento comercial de la editorial donde también se planifican cosas para darle difusión, es un tratamiento muy profesional del libro y de la escritura”.
Si bien admitió que procesos similares los ha experimentado en todas sus obras, en este caso destacó “la cercanía y la pertinencia de Clara Amengual; con todos los editores me he llevado bien, sé que hay escritores que de pronto tienen una relación más conflictiva o incómoda, o he dado con muy buenos editores o soy un escritor muy dócil, pero siempre lo que trato es de mejorar la comunicación”.
LA TRAMA | En esta tercera entrega los personajes principales vuelven a ser Ema, Eric y Laura, tres adolescentes canadienses. “Eric y Laura son hermanos, pero ahora Ema y Eric tienen una relación que no termina de definirse bien pero se adivina como de cierta cercanía, los tres son soñadores, es el término con que en el libro se presentan estos personajes cuya realidad interactúa con los sueños y esa realidad y esos sueños interactúan también con los mitos o los relatos míticos o leyendas que aparecen en los libros y se da como un juego entre sueños, realidades y ficciones”.
Peña agregó que “además hay cierto juego con las temporalidades, como aparecen otros personajes, surge también la historia de un monje medieval que debe custodiar un libro que se lo quieren robar y todas esa cosas confluyen hacia el final. La sustancia de todo el libro es como una apertura hacia la naturaleza canadiense que es vastísima y sobrecogedora, pero también una sustancia literaria de las cosas que me gusta leer y de alguna manera también me gusta escribir”.
La trama se desarrolla en Canadá “en un lugar que se llama Lake of the Woods, ocurrió la primera novela, la segunda se trasladó a la ciudad de Winnipeg que es la ciudad capital de la provincia de Manitoba y en esta tercera entrega se vuelve al lago, a su naturaleza tan linda, agreste, con tantos animales y tantos relatos y leyendas por añadidura”, pero la historia salta geográficamente, “lo que tiene que ver con la historia medieval ocurre en Europa, en una zona cercana a los cantones suizos y tiene que ver con el contenido literario del libro, con su paisaje literario, con historias que tienen como eje aquella época, en unos años posteriores a la peste de 1348 o que se adivinan posteriores a esa fecha”.
El autor dijo que “son como historias que van progresando paralelamente en lugares distintos y en temporalidades distintas, a mí me interesa sobre todo lo que tiene que ver con los mitos europeos tales como lo que rodea la imagen del lobo como animal mítico y también de los cuervos que se toma un poco de la mitología nórdica”.
CONTINUIDAD | Cuando en diciembre Pedro Peña habló con La Semana nos dijo que no estaba seguro que la tercera parte de la saga fuese la última, hoy el autor está convencido que no lo será y ya está trabajando en la cuarta entrega, a propósito dijo que “esta no puede ser la última porque los lectores me van a querer matar, hay todavía muchas cosas por cerrar, si bien cada libro puede leerse como una unidad también es cierto que son muchas historias, en este libro hay como diseñadas otras historias que no podrían quedar abiertas”.
La continuación de la historia obedece al respeto por los lectores “pero además he disfrutado tanto escribiendo esta última parte, porque traté de no imponerme ninguna limitación ni a la imaginación ni a los recuerdos de aquellos lugares y creo que voy a repetir ese disfrute en estos meses en cuanto pueda ponerme a terminar la cuarta parte, que está en el proceso de inicio, ya tiene algunos avances y hay algunas líneas diseñadas”.
Peña dijo que “en la cronología de la ficción, en la temporalidad de la historia ha pasado un año, básicamente ellos comienzan en la historia del lago en el verano del año anterior, en el segundo libro ocurre en la temporada de clases en la ciudad de Winnipeg y este tercer libro ocurre un año después del primero, otra vez en verano y en el lago”.
El autor dijo que ese año en la vida de los protagonistas “a esas edades es mucho y precisamente el desafío es mostrarlo, en una historia que es evidentemente fantástica, mostrar también esa evolución desde una perspectiva realista, sobre todo de Eric y de Ema que son los personajes que empiezan a descubrir lo que sienten uno por el otro, imagino que llegado el momento, que está esbozado por cómo viene dándose la relación entre ellos, pero también implica su despertar físico y sentimental y quizás eso se venga en la cuarta entrega porque también es cierto que los lectores también crecen, porque el que leyó el primer libro en el 2016 con 12 años hoy ya tiene 15 y espera ver reflejadas posiblemente sus propias vivencias en el texto”.
La invitación está hecha, si el lector ya leyó las dos entregas anteriores de esta historia, no querrá perderse la tercera, y si no conoce los anteriores, pero le gustan las historias sobre mitos, sueños y fantasías adolescentes, quizás leyendo este nuevo trabajo le interese ingresar a los dos primeros episodios, la narrativa de Peña y su fantástica creatividad seguramente serán su recompensa.
Por Jorge Gambetta.