Continuando con la conmemoración del mes de la mujer y relacionado al rol que ésta cumple en la sociedad, nos interesó acercar a una mujer que, a través de su obra, intentó transmitir mucho de su sentir y su andar por la vida. Se trata de la poetisa y novelista nicaragüense Gioconda Belli.
COMPROMISO| Los sucesos que vive cada persona, representan una marca, una identidad, que muchas veces acompañan en cada acción que se desarrolla. La poetisa Gioconda Belli, nacida el 9 de diciembre de 1948, llevó esa marca en su vida y lo imprimió en su rica obra literaria compuesta de novelas, cuentos, antologías y poemas. Dentro del panorama literario nicaragüense, Gioconda Belli es considerada una figura destacada, como novelista y como poeta.
Ha transitado por diferentes escenarios que la llevaron, de acuerdo a sus expresiones, a ser quien es y a ser la novelista que es. La literatura y la política están unidas a su vida desde sus primeros años. Esto llevó a que los pilares fundamentales presentes en toda su obra fueran el compromiso político y el sentir femenino.
Es considerada precursora de la poesía revolucionaria; la militancia y la escritura son dos actividades que ha desarrollado durante gran parte de su vida.
Pertenece a la generación de poetas que crearon un nuevo estilo de expresión en Nicaragua, un estilo que rompió con las estructuras establecidas. Decidida a rescatar el lugar de la mujer, su obra plasma la incesante búsqueda de la identidad femenina y el encuentro con la conciencia social, a través de la actitud revolucionaria. El trabajo que ha desarrollado, se caracteriza por rescatar y ahondar en el universo femenino, reivindicando el papel de las mujeres en la sociedad y en la construcción de la cultura. Su obra y su propia vida están cargadas de un fuerte compromiso político. En su faceta de mujer comprometida con la política y con la sociedad, su literatura es un reflejo de la situación de Hispanoamérica y en particular de su país.
Todo su trabajo hace referencia a su origen, Nicaragua, lugar que debió abandonar debido a su activismo revolucionario en contra del régimen somocista. Estuvo exiliada en México desde 1970, año en que comenzó a escribir sus poemas y como muchos intelectuales de su generación, se integró a las filas del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), en ese momento una organización clandestina y perseguida cuyo objetivo era el derrocamiento del régimen somocista. Ocupó varios cargos partidarios y gubernamentales en la Revolución Sandinista en los 80.
Entiende Belli que su participación en la revolución sandinista representó un movimiento de auto liberación, de búsqueda de su identidad, y que decidió participar del mismo para luchar por los desprotegidos. Así es que en su literatura le da voz a mujeres subalternas.
En su faceta de mujer comprometida con la política y con la sociedad, la literatura de Gioconda Belli viene a ser un reflejo a través del cual podemos conocer la realidad que se esconde detrás de la historia de Hispanoamérica y muy especialmente la de su país.
NOVELAS | La escritora nicaraguense ha desarrollado un trabajo comprometido sobre el papel que desempeñan las mujeres en la sociedad. “La mujer habitada”, publicado en 1988, fue la primera incursión de la escritora en el género de la narrativa. Antes, su trabajo estuvo dedicado a la poesía.
En esa novela Belli sumerge al lector en un mundo mágico en el que la mujer, víctima tradicional de la dominación masculina, se rebela contra la secular inercia y participa de forma activa en acontecimientos que transforman la realidad.
La principal característica de la obra tiene que ver con una acentuada crítica social y política donde dos mujeres se han rebelado contra la tradición y han decidido sobre su cuerpo, su sexualidad y su capacidad para dar y proteger la vida.
El contexto presentado en la novela muestra de alguna forma, lo que su país estaba en ese momento viviendo, un país profundamente deprimido en los ámbitos social y económico con un nivel de pobreza elevado, discriminación social e injusticias.
A partir de ese paisaje, Gioconda Belli entreteje dos historias paralelas que aparentemente no tienen nada en común salvo porque sus protagonistas son, en ambos casos, mujeres y en ambos casos, mujeres luchadoras, que buscan la libertad. Esa búsqueda de la libertad es en definitiva, el hilo conductor que guía ambas historias, la de Lavinia y la de Itzá. En cuanto a la primera, Lavinia nos presenta a una joven con estudios de arquitectura, en la Nicaragua de los años 70, bajo la dictadura de Somoza. Por su parte Itzá, es una joven indígena que vivió en el período de la conquista por parte de los españoles. Ella es un miembro más de su pueblo que participa en la resistencia contra los conquistadores. Su voz está representada por un espíritu en forma de árbol, que comienza contando su historia como si fuese una observadora que ha presenciado los hechos pero sin participar. Más adelante, Itzá alcanza una especie de simbiosis con Lavinia, de modo que llega a influir en el comportamiento de ésta.
Uno de los temas principales presentes en la novela es la lucha de las mujeres que tratan de abrirse paso en un mundo predominantemente masculino.
La autora ubica la historia en un país imaginario llamado Faguas, que según Belli, puede ser cualquier país de Latinoamérica ya que la realidad en ellos es muy similar, sin embargo se ha asociado a su país natal Nicaragua, pues el significado del término es fuego y agua, y Nicaragua es una tierra de Lagos (agua) y Volcanes (fuego).
Explica que su país en los 60 se había convertido en un territorio propicio para la aplicación del Plan Cóndor, que consistió en la coordinación de acciones conjuntas entre las dictaduras latinoamericanas para la erradicación de las ideologías comunistas y afines, opuestas al neoliberalismo que trataba de implementarse a escala global, y que pasaron a ser consideradas como “subversivas”. Ese contexto es el que se ve reflejado en la novela.
“Nadie que ama, muere jamás” expresa la autora en un momento del libro y en esta frase se condensa el otro gran tema de la novela: el amor. Gioconda Belli narra con “La mujer habitada”, una historia tan antigua y apasionante como el mundo: el amor entre un hombre y una mujer, y la lucha de un pueblo por la libertad.
El trabajo busca analizar el papel de la mujer durante las diferentes revoluciones que se han producido en el territorio americano contra poderes opresivos, con el fin de defender y demostrar la importancia e influencia que ha tenido y tiene la presencia femenina, y los logros y derechos conseguidos durante la historia.
Itzá y Lavinia fueron mujeres que se opusieron a los patrones culturales de la imagen de la mujer y lucharon junto al hombre que amaban. Esta novela ayuda a comprender la lucha, la resistencia, de los habitantes indígenas de las tierras americanas, ya desaparecidos y de los miembros del Movimiento de Liberación Nacional que luchan contra la dictadura.
Las novelas de Gioconda Belli están enmarcadas en los movimientos literarios propios de las realidades latinoamericanas que surgieron como reacción a las diferentes adversidades políticas, sociales y económicas que se vivían en la región, desde dictaduras militares, explotación económica y extrema pobreza de algunos sectores de la población y la organización de grupos sociales y políticos para exigir los derechos de todos los ciudadanos.
Si bien existe una tendencia de la escritora por mostrar la posición de las mujeres en la estructura social, sus textos no se reducen sólo a las problemáticas de las mujeres sino, de la sociedad en general, debido al contenido social, ecológico, revolucionario, político y el protagonismo que le da a los varones dentro de sus escritos.
La identidad femenina que Gioconda Belli describe en sus novelas se sale de los estereotipos establecidos por la sociedad tradicional. Las protagonistas de la escritora en sus trabajos, son mujeres decididas, comprometidas y capaces de luchar por un proyecto individual y colectivo, a través de una identidad femenina diferente a la que espera y expone la tradición histórica.
Por Yudith Píriz.
