Casa de la Cultura de Libertad estuvo repleta el domingo 28 de mayo a la noche para recibir a una de las leyendas del teatro y la televisión del Uruguay. Cristina Morán, acompañada de Hugo Giachino, representaron en la Sala María Búa, la obra “La pipa de la paz”.
La expectativa por ver a la recordada conductora de televisión y actriz teatral era grande y se había acrecentado ya que su llegada a la ciudad debió retrasarse por cuestiones ajenas a la actriz y a la institución cultural (la fecha primaria para su presencia era el 13 de mayo). Por eso el domingo, desde bastante antes de las 19 horas la gente hacía cola para adquirir las entradas ya reservadas.
Pasadas las 19 y 15, la conocida actriz entraba al escenario de la sala María Búa y despertaba el instantáneo aplauso de las cerca de 150 personas que llenaban la sala de la institución cultural. Desde allí en más comenzó una historia de enredos familiares que hicieron reír a todos, incluso a los mismos actores, quienes en un par de ocasiones se les vio tentados de la risa, saliéndose por un instante de los personajes.
Verdaderamente satisfecho se vio al público, que al final de la actuación aplaudió a rabiar a la actriz y a su acompañante, que luego de recibir los aplausos se quedaron dialogando un instante con el público.
EL FINAL | Cristina Morán alabó lo que había visto desde que llegó a Libertad, ciudad a la que nunca había llegado hasta ahora. Dijo estar sorprendida ya que la fueron a buscar a Montevideo y en el camino se enteró que quien la transportaba era el propio Alcalde de la ciudad. Destacó la actividad que se realiza en Casa de la Cultura y dijo tener ganas -a sus 92 años-, de volver a actuar en la institución cultural libertense.
Como cierre de la especial noche y ya con Carmen Morán (hija de la actriz, directora y productora de la obra), sobre el escenario, el Concejo Municipal de Libertad, le entregó a la actriz una placa que recuerda su pasaje por la ciudad y que es también un reconocimiento a su larga trayectoria artística.
Imágenes: Sebastiàn Parentelli.
Por Javier Perdomo.